miércoles, 2 de enero de 2013

“Trabajamos como nunca en la historia de Bolivia”


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Política

La senadora tarijeña Rhina Aguirre habla de su vocación de servicio y el momento que vivió al ser invitada para ser parte del nuevo sistema legislativo plurinacional y el proceso de cambio.

Tener los ojos en buen estado no siempre significa que uno pueda ver la realidad en toda su dimensión. He descubierto que puedo tener una gran ventaja, nada me distrae y todo me invita a concentrarme .

ENTREVISTA

RHINA AGUIRRE senadora por el MAS


La senadora Rhina Aguirre (MAS) es presidenta del Comité de Educación, Salud, Ciencia, Tecnología y Deportes; nació en Tarija el 20 de mayo de 1939. Sus padres fueron Humberto Aguirre Aoiz, artesano joyero en Sucre, y Lucía Amézaga de Ameller, nacida en Camargo.

Su padre le inculcó el marxismo-leninismo, lo que le sirvió en su profesión de trabajadora social y socióloga, aunque también trabajó en el magisterio, primero como profesora y luego como regenta.

Hizo sus estudios desde primaria hasta secundaria en el colegio Santa Ana de la capital chapaca, donde aprendió valores transmitidos por las monjas que regentaban esa unidad educativa. Está casada con el sociólogo Carlos Samaniego Delgado y tiene un hijo, Carlos Saúl Samaniego Aguirre, quien estudia en Ecuador, país en que ella estuvo exiliada por la dictadura de Luis García Meza.

La senadora perdió la vista en el exilio en Ecuador afectada por la toxoplasmosis, pero no dejó de tener la visión social caracterizada en el Gobierno actual.

—¿Cómo se formó socialmente para encarar este proceso de cambio?

—Desde pequeña tuve una visión muy social, mi padre fue orfebre con una familia numerosa y muy pobre, y vi las injusticias de la vida, vi a otras familias acomodadas y ésa fue mi primera cuestionante ante la desigualdad, al ver a mi padre trabajar duramente y aún así no poder llevar a la mesa el pan de cada día.

Mi padre fue un artesano que leía muchísimo, estudió Medicina y fracasó por falta de recursos, aun así leyó muchísimo, conocía las obras de Lenin y leía todo lo que se publicaba en Tarija sobre marxismo y sus respuestas eran contundentes.

Cuando se me pidió que esté presente en este proyecto fue un momento de gran sorpresa porque en mi trayectoria trabajé con grupos de mujeres, trabajé con grupos en defensa de los derechos humanos, los niños, las mujeres y de personas de la tercera edad. Estaba metida en todo, entonces cuando llegó el momento en el que se estaban conformando las listas me quedé sorprendida, no sabía qué responder ante la invitación, ya que nunca pensé que podía responder a esta responsabilidad, esto me cambió completamente la vida porque estaba acostumbrada a trabajar con equipos, a luchar por el pueblo, manifestarme y promover diálogos sociales, pero no me imaginé que un día tenga tamaña responsabilidad.

—¿Quién la invitó a formar parte?

—Un día recibí la visita del presidente del MAS en Tarija, el departamental y el de Cercado, me dijeron que viajarían y me preguntaron si estaba dispuesta a estar en la lista del MAS, mi primera respuesta fue que no, pero les dije que era una experta cocinera, ya que para entonces yo era la responsable de educación y salud en el comité departamental de personas con discapacidad. Les dije: ‘puedo hacer cantidades de saice para vender y así financiar la campaña’.

Todos nos reímos e insistieron para acompañarlos en la lista, fueron momentos de incertidumbre, pensé si era capaz de hacerlo, pero estaba segura de que tenía la convicción y que era necesario apoyar al proceso de cambio, donde sea y como sea, y que ésta era una oportunidad y un desafío para responder a esa condición, por lo que acepté y aquí me tienen dispuesta a estar presente en el proceso porque estoy convencida de que es un proceso que ha introducido muchísimos cambios respecto de los derechos humanos en mejora de las condiciones de vida y en la esperanza con certezas tangibles en educación, caminos y otros.

—¿Cómo ve hoy al Estado?

—Tenemos estabilidad económica después de años de mendicidad rogando condonaciones, tenemos soberanía alimentaria y hemos decidido que queremos producir, tenemos soberanía de lo que es nuestro, que está bajo nuestros pies, lo que nos da la Madre Tierra, tenemos derecho a pensar, hablar y decir nuestra palabra, y ahora sabemos lo que significa la frase ‘Para el pueblo lo que es del pueblo’ y para el pueblo el poder, la soberanía de lo que es suyo, eso es un hecho real ahora.

Tenemos muchas dificultades y podemos equivocarnos muchas veces, cuesta el aprendizaje porque nunca hubo una historia como ésta, no es a medida sino que la vamos construyendo.

—¿El país estuvo amenazado en algún momento?

—Hubieron muchos intentos de desbaratar el proceso de cambio, de desprestigiar a sus conductores, pero el pueblo es inteligente y sus respuestas van más allá de lo que la oposición espera.

Fueron más de tres intentos de acabar con el proceso, pero todos fallidos, y eso no hubiera sucedido antes, ya que el pueblo se hubiera empeñado en acabar con esa situación, hoy el pueblo las defiende.

—¿Cuál es el balance que hace de 2012 en el senado?

—Es un año de muchos logros, con una capacidad de diálogo increíble, con una consecuencia dentro de los debates de la cámara, de respeto a las ideas y tipos de posturas, entendiendo que se actúa también por intereses.

Hemos tenido muchos aciertos y logros para generar normas y leyes. Se trabajó como nunca en la historia, incluso de la república, hoy Estado Plurinacional, hemos trabajado sin horarios, sin desmayar, nunca se habían producido tantas leyes y nunca se había dedicado a la cámara tanto tiempo, sesiones desde las tres de la tarde hasta las cinco de la mañana del día siguiente, que para nosotros es un hábito que adquirimos con mucho gusto por la responsabilidad que se nos ha dado y de la cual no escatimaremos esfuerzo por cumplir con esa responsabilidad.

—¿Cuándo se le presentó el problema en la vista?

—Adquirí toxoplasmosis, es un parásito que como las amebas está en el ambiente y los transmiten los gatos en sus heces. Este problema fue descubierto muy tarde, durante mi exilio en el Ecuador. Pero no me afecta mucho porque la vida no ha cambiado en lo absoluto, puesto que cocino, lavo, plancho y he aprendido repostería.

En Tarija me muevo sola, pero acá tengo una asistente personal para la firma de documentos y tratar información delicada. Esta persona es de mi entera confianza. Sin embargo, reitero que no fue limitante ni para seguir siendo coqueta.

—¿El hecho de carecer del sentido de la vista ha perjudicado su trabajo?

—Tener los ojos en buen estado no siempre significa que uno pueda ver la realidad en toda su dimensión y he descubierto que puedo tener una gran ventaja, nada me distrae y todo me invita a concentrarme y poner lo mejor de mí al servicio de lo que estoy haciendo. Mi trabajo es por el país, coadyuvar al proceso de cambio.